Tepeaca de Negrete, Pue.- En la comunidad de San Cristóbal Hidalgo ubicada en el municipio de Tepeaca, existen árboles de alcanfor con una antigüedad de más de 300 años, según relatan habitantes del lugar.
A decir de los pobladores, dichos árboles fueron sembrados por los españoles, algunos alcanzan hasta los 70 metros de altura y se puede observar a las orillas de la vialidad que entronca con la carretera Rodolfo Sánchez Taboada que va hacia los municipios de Acatzingo y Rafael Lara Grajales.
Don José Salvador López Hernández, productor del campo de San Cristóbal Hidalgo, explicó que de acuerdo con las investigaciones realizadas por especialistas en la materia, estas especies de alcanfor tienen alrededor de más de 300 años de antigüedad.
“Actualmente hay un aproximado de 40 árboles de alcanfor que se han mantenido a lo largo del tiempo porque son especies que no necesitan agua, tienen su propio manto acuífero que los mantiene”, dijo.
Sin embargo, lamentó que algunos ya se están secando, por lo que hizo un llamado a las autoridades competentes y a la población para cuidarlos, ya que son parte de la herencia histórica y cultural del lugar.
De acuerdo con los especialistas, los árboles antiguos son algunos de los seres más majestuosos y a la vez más subestimados en los ecosistemas terrestres. Durante siglos, han sido considerados símbolos de permanencia, sabiduría y continuidad de la naturaleza — desde los robles sagrados en la cultura celta hasta las secuoyas californianas que comenzaron a crecer antes de la caída del Imperio romano.
Hoy sabemos que su importancia va mucho más allá de lo simbólico: los árboles antiguos cumplen funciones ecológicas clave que ni los árboles jóvenes ni ninguna estructura artificial pueden sustituir.
En los últimos años ha aumentado el número de estudios que demuestran que precisamente los árboles más viejos almacenan las mayores cantidades de carbono, constituyen hábitats críticos para cientos de especies, regulan el ciclo de nutrientes, estabilizan el clima local y el microentorno.